Los plásticos han tomado la tierra.
Como si Orson Welles resucitara y fuera a narrarnos una invasión planetaria, los titulares relacionados con el medio ambiente se parecen cada vez más a una peli de ciencia-ficción. Pero, por desgracia, no se trata de ningún cuento…
Cada año llega a mares y océanos el equivalente en basura a 1200veces el peso de la torre Eiffel.
Una botella de plástico tarda unos quinientos años en descomponerse.
Solo el 30% de los plásticos se recicla en España.
Y tantos otros datos desalentadores que podemos encontrar si buscamos un poco. Solo un poco…
Que en Alonso de la Torre nos preocupamos por el medio ambiente noes ninguna novedad, pero sí lo es el producto que acabamos de incorporar a las filas de «los sin plásticos».
Llevabais mucho tiempo pidiéndolo y nos encanta cumplir vuestros deseos. El parto ha sido largo pero después de dos años de intenso trabajo al fin podemos presentaros el desodorante en crema, en lata reciclable hasta el infinito y que responde a todas vuestras necesidades. Fueron muchas las pruebas hasta dar con la fórmula que queríamos: textura ligera, rápida absorción, neutralizadora del olor en cualquier circunstancia y actividad, respetuosa con el planeta.
Todos sus ingredientes son de origen vegetal y el 45% de ellos procede de la agricultura ecológica.
Permite la transpiración natural de la piel y no lleva bicarbonato. Es apto para pieles sensibles y además se produce en pequeños lotes aquí, en Asturias.
Es un producto de proximidad y con una textura… ¡Ay, qué textura! Verás que se absorbe rápidamente, evitando esa desagradable sensación de humedad que otros desodorantes dejan.
El ricinoleato de zinc y el triethyl citrate parecen impronunciables, pero lo que nos importa es su poder para neutralizarlas sustancias resultantes de la descomposición bacteriana del sudor sin impedir la transpiración natural. Además contiene aceites esenciales antisépticos que enmascaran el olor. Limón, mandarina, salvia, lavanda y romero.
Oler bien sin hacerle daño al cuerpo ni al medio ambiente. Win-win, señoras y señores.
¿Y lo mejor de todo? Que ya está disponible en el Pack Traveller que hemos diseñado para adeptos a la #vanlife y quienes, aunque no viajen en furgo, quieren ser sostenibles y ayudar a cambiar esos titulares de los que hablábamos al principio.
Este pack contiene jabón, champú y acondicionador sólidos y el desodorante maravilloso. ¡Ah! El jabón está relleno de una suave esponja, para que la limpieza sea de diez y la experiencia, de doce.
Este pack es ligeramente personalizable, pues puedes elegir entre varios tipos de jabón y champú según lo que tu piel y cuero cabelludo necesiten y todo ello dentro de un saquito de algodón orgánico fabricado en España perfecto para viajes.
Aquí viene un dato personal: durante unos años viajé mucho en furgoneta y no en una de esas llenas de accesorios y comodidades sino en una algo más… apañada. Cuando hacía frío me lavaba el pelo en el balde que servía de fregadero, lavadora y almacenaje, y me lo secaba con el aire de la ventilación de la propia furgoneta. El «baño» era una caja llena de productos que a menudo se perdían por el maletero y estaban siempre pegajosos.
Mi vida cambió el día que una amiga me regaló mi primer champú sólido y no hace falta decir lo que habría mejorado la experiencia si hubiera tenido el Pack Traveller de Alonso de la Torre. Quienes viajáis en furgo me entenderéis.
¿Que no tienes furgo pero viajas mucho igualmente? El PackTraveller es ideal para ti también porque todos sus productos pueden llevarse en cabina.
Se acabó el rebuscar para hacer el neceser, el olvidarse productos en los hoteles: facilítate la vida. Con este pack tendrás el saquito siempre preparado con tus básicos a mano.
Resumiendo: si estás aquí es porque te gusta cuidarte y cuidarla tierra que habitas, porque sabes que una forma diferente de vivires posible sin tener que renunciar a los placeres cosméticos. Porque te gusta la ilusión que experimentas cuando te sientes bien y tienes la tranquilidad de estar haciendo el bien con tus hábitos. Y ahora, además, incorporando otra herramienta de bienestar en forma de desodorante respetuoso. Bien, bien, bien, ¡qué bien! ¿Verdad?
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