Hemos lanzado las esponjas de konjac y os habéis enamorado y hecho preguntas a partes iguales. Lo entendemos, a nosotras también nos cuesta creer que un producto tan pequeño pueda contener tantas propiedades. Pero, como siempre, aquí lanzamos entrada de blog para resolver todas las dudas (y si todavía te queda alguna, escríbenos).
Empecemos por la base, ¿qué es el konjac? El konjac es una planta originaria de Asia que crece silvestre a gran altura. Si buscas una foto, verás que parece una cala de color morado. Descubierta en la región de Indochina, su uso principal fue como esponja para la delicada piel de los bebés.
Pero, ¿cómo sale una esponja de una planta? Pues bien, después de un año de que la semilla haya sido plantada, ya se puede extraer la raíz, que se mezcla con agua formando una pasta. Dicha pasta se solidifica por calor, se deja enfriar y obtenemos así la esponja que puedes encontrar en nuestra tienda online.
En Jabones Alonso de la Torre nos gustan tanto estas esponjas que, además de las faciales, hemos añadido a la tienda online una corporal enriquecida con polvo de cáscara de nuez para que la exfoliación sea un poco más intensa. Y decimos «un poco» porque eso de lijar el cuerpo como si fuera una tabla, ya no se lleva. La exfoliación de las esponjas de konjac se parece más a un masaje en un spa que a un proceso de carpintería.
Lo ideal es utilizarla después del lavado de la piel, aunque si te gusta acompañarla de un jabón, también puedes. La esponja seca es superligera y muy dura, te va a sorprender. Tan solo tienes que mojarla y crecerá un par de centímetros, se ablandará y se convertirá en tu accesorio favorito: querrás alargar tu rutina de limpieza.
Recomendaciones: no la retuerzas, enjuágala bien y déjala secar colgada, al aire. Para depurarla de posibles bacterias, puedes hervirla durante diez minutos en agua.
Las esponjas de konjac duran varios meses, irás viendo su deterioro para saber cuándo cambiarla.
¿Lo mejor? Que en Jabones Alonso de la Torre tenemos siete variedades de esponja konjac para que la experiencia spa sea absoluta. Y mejor aún: no tienes que elegir una, ¡puedes elegirlas todas! De hecho, te recomendamos que tengas unas cuantas.
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